sábado, 31 de marzo de 2007
The Carpenters: un canto entre nubes

Quiero referirme esta vez a uno de los más emblemáticos e interesantes grupos de música comercial del mundo, me refiero obviamente a the carpenters.


Este grupo norteamericano que comenzó su historia musical por los años setenta, se ha convertido en un grupo transversal, que ha marcado generaciones y ha dejado su sello en cada una de ellas.


Variados son los éxitos de esta banda norteamericana, temas como Close to you o Good bye to love son temas que han hecho muchas veces, y desde mi visión personal, quemarme el corazón con su melodía.


Porque Ricard y Karen Carpenters pasaron a la historia musical como un grupo con una historia de banda atractiva, una voz característicamente melodiosa y con una música que pese a ser duramente criticada por su corte comercial lograron traspasar generaciones entre dramas y éxitos.

Una historia que duele.

Pero hay etapas en todo grupo que marcan un antes y un después. La anorexia de Karen y la fuerte adicción de fármacos para dormir de Richard lograron un triste desenlace con una artista extremadamente talentosa desplomada en un escenario y un músico creador en un centro de rehabilitación.

Fueron duros momentos para cientos de fans que esperaban a the carpenters como en inicios de los setenta y no de una forma decadente como la que habían tenido a causa de inseguridades y muchas veces rivalidades profesionales de los hermanos carpenters que nunca, pero nunca volvieron a crear como antes.

La carrera musical de este mega grupo norteamericano fue en descenso. Los intentos por recuperar el lugar que habían logrado en rankings estadounidenses y la calidad musical entre creación y un sello musical característico se había perdido. The Carpenters iba muriendo y junto con ellos Karen y Richard.

Pero quedan los recuerdos.

Y es que en la historia musical, the Carpenters seguirá siendo recordado como un grupo que marcó una tendencia interesante para lograr un lugar entre la música comercial además de ser recordado con una de las intérpretes más carismáticas y con una voz con una afinación casi perfecta.

Ya que es un punto aparte hablar de Karen Carpenters, mujer que pese a padecer una enfermedad que la llevó a la muerte y a dejar un legado de melancolía extrema en sus letras, no ha podido ser imitada en el mundo de la música actual ni en su interpretación y ni en su calidad vocal.

Ciertamente seguiremos creyendo que entre las nubes, cantan voces y pianos que aún logran efecto en la epidermis y que desde la distancia the Carpenters nos llama a escuchar algo más que música.


 
posted by Verónica Carmona at 10:10 | Permalink | 17 comments
lunes, 19 de marzo de 2007
Te canto


Cree en este amor sincero,
Porque entre cada espacio de mi alma
Mi corazón añora amarte.

Déjame crear un espacio
Entre esta distancia y mía
Porque somos un paréntesis
Entre toda la noche;
Porque somos la luna
Entre la noche estrellada.

Quiero sentirte cerca
Más aún porque es de noche,
Déjame ser tu sombra
Entre este amor sombrío.

Porque sin ti
Mi vida se hace inexistente
Porque sin mí
Esta historia no sería posible,
Bailemos el vals de las estrellas
Y déjame con esto sentirme bella.

Ya un souvenir no vasta
Porque eres más que un recuerdo de un tiempo pasado
Créeme, estoy a tu lado
Y la noche es un claro testigo
Que entre mi amor y el tuyo
Hace una fiesta la melancolía.

Y eres algo más que esta poesía
Porque siento y creo que significas más que eso
Déjame que seas mi preso
En esta vida sencilla
Y entre el amor y la maravilla
Deja que te ame por sólo eso.
 
posted by Verónica Carmona at 17:49 | Permalink | 9 comments
jueves, 8 de marzo de 2007
El perdonar como lección de vida

Debo confesar que en mi vida me han pasado varias cosas que me han marcado. Así como uno puede acceder a la felicidad, también uno accede a situaciones de tensión y dificultad.
Voy a ser honesta. Hace más o menos unos años (cuando tenía 15 y estaba en los albores de mi vida) vivía en un mundo muy distinto al de ahora. Mi vida se podría decir que era muy tranquila y se dividía entre el patinaje (deporte que hasta el día de hoy amo) los estudios y amigos varios.
Pero como un torbellino mi vida cambió. En pleno inicio del verano del ´99 entre dolores y no entender que pasaba, me detectaron una complicada enfermedad que me marcó.
Lipoma lumbo sacro feluim terminale, decía el doctor de Santiago como si hubiese descubierto una fórmula contra algo. En palabras simples era un tumor anclado a la médula que me comprometía los terminales nerviosos y que me podía dejar parapléjica en menos tiempo de lo que yo pensaba.
Amigos míos, les confieso que mi alegría y mi mirada cambió. De hecho todo cambió. Hasta los amigos cambiaron…o mejor dicho se fueron.
En ese momento había un tema pendiente que duró más o menos 5 o 6 años, yo no me perdonaba. Yo no entendía que había rencor por una culpa que no era mía…pero que tampoco sabía a quien adjudicársela. Yo no entendía quien era ahora.
Depresión fue el segundo diagnóstico de la larga lista de falencias que se me presentaban. Pero todo esto un día tenía que acabar.
Y como la luz entre las flores un día brillé con luz propia. Ustedes se preguntarán como salí del torbellino…simplemente me perdoné.
Ahora nace la segunda pregunta que creo que deben hacerse..¿de que me perdoné? Simple. Me perdoné de mi angustia, de no darme la posibilidad de vivir por una circunstancia de la que yo no era responsable. Me perdoné y al mismo tiempo me di otra oportunidad.
Al pasar el tiempo, el tumor se controló. Las adherencias disminuyeron y empecé a caminar nuevamente normal, además volví a reírme a carcajadas (algo que no hice casi durante los 5 o 6 años) sin tomar en cuenta que me di la posibilidad también de perdonar a los demás, a todos los que me dejaron sola y a todos los que en más de una ocasión me hicieron daño (o sentí que me lo hacían)
Esta es la reflexión de hoy. No podemos perdonar a los demás si no nos perdonamos a nosotros mismos, nosotros somos nuestra primera prioridad y nuestra integridad es la clave para relacionarnos con los demás y ser felices plenos.
 
posted by Verónica Carmona at 15:39 | Permalink | 13 comments