sábado, 29 de marzo de 2008
Amar es servir

De repente me desperté pensando. Entre un poco de nubosidad y un silencio que me ensordecía necesitaba respuestas. A modo de ejercicio mental mi vida quería algo y nadie además me preguntaba cómo había amanecido hoy.

Recorrí la casa completa, hoy la música creo que estaba de más y sólo el sonido de los pájaro agradeciendo en agua que caía del cielo, servía de salvavidas para no caer en la melancolía.

Pero fue inevitable. Sentada en el sillón más ínfimo de la casa comencé a hablar con Dios y la respuesta era casi de telepatía: “ayuda que yo te ayudaré”.

En ese momento sólo quería empezar mi ayuda ya, pero no sabía de que manera. Mis familiares no creían en evangelizar a través de valores y menos dar hasta que duela, pero yo en ese momento y ahora era capaz de entregar mi alma con tal de una sonrisa.

Así es como descubrí que mi ayuda era a los niños, esos mismos pequeños que necesitan de tan sólo cariño y una palabra, esos mismos que con un pensamiento optimista y esperanzador se les puede hacer creer que si se puede, que el mundo va más allá del riesgo social o la pobreza.

Mi vida definitivamente es sentir a Dios en una sonrisa de un niño, mi vida amigos míos no va sólo en tener éxito y dinero en mi profesión…mi vida se basa en que amar es servir.

Y creo ser valiente al declarar esto, porque al mismo tiempo estoy adquiriendo un compromiso no sólo a quienes lean mi declaración sino que con esas caritas dulces a quienes se les puede cambiar la vida.

La vida es una esperanza para que podamos ser mejores personas, en la vida no basta sólo ser feliz teniendo lo que uno quiere en términos económicos sino también en sorprendernos cada día en el atardecer que se refleja como una pintura de esperanza y que nos dice que el regalo de la vida se agradece con la ayuda desde un simple gesto de bondad hacia la más absoluta entrega por quien lo necesite.

Doy gracias a Dios por descubrir esto y porque mis días sean cada vez con más colores.
 
posted by Verónica Carmona at 10:00 | Permalink | 9 comments
miércoles, 12 de marzo de 2008
“Contactocracia”.

A veces, en mis momentos de reflexión plena, me pongo a pensar en lo importante de lo que son las relaciones humanas. El saber darse el tiempo para conocer a otras personas y generar vínculos no son meros trámites; sino que parte esencial de nuestro pasar en la vida.

Ahora bien, cuando esas relaciones humanas generan intereses comunes, la cosa va aún mejor pero desde mi perspectiva la cosa se empieza como a frivolizar en algunos sentidos…tú me das, yo te doy…hoy por ti…mañana por mí.

Entonces es cuando me pregunto, ¿hasta que punto entra en juego esta sociedad en el trámite frío de la contactocracia, es decir, el generar contactos con intereses comunes o similares? ¿Seremos capaces de encontrar un límite entre el ganar un contacto y entablar un cariño que vaya más allá?

La cabeza me gira como un remolino, por una parte tengo esa posibilidad factible de hacer algo que se ve complejo muy simple, pero por otra parte esta el sentimiento medio hippie de creer en que las relaciones humanas se deberían lograr por una entrega desinteresada.

Si por ejemplo tengo un compañero de trabajo que conoce a un amigo de un amigo que me puede conseguir un trabajo con mejor remuneración y ese amigo del amigo lo conozco por otras circunstancias y entablo vínculos más cercanos con él, al momento de que me ayude… ¿cómo es la transformación de la relación? O sea, ¿es mi amigo o un potencial cliente?

Contactocracia… ¿un arma de doble filo para las relaciones humanas verdaderas?
 
posted by Verónica Carmona at 10:53 | Permalink | 4 comments