Voy a ser honesta. Hace más o menos unos años (cuando tenía 15 y estaba en los albores de mi vida) vivía en un mundo muy distinto al de ahora. Mi vida se podría decir que era muy tranquila y se dividía entre el patinaje (deporte que hasta el día de hoy amo) los estudios y amigos varios.
Pero como un torbellino mi vida cambió. En pleno inicio del verano del ´99 entre dolores y no entender que pasaba, me detectaron una complicada enfermedad que me marcó.
Lipoma lumbo sacro feluim terminale, decía el doctor de Santiago como si hubiese descubierto una fórmula contra algo. En palabras simples era un tumor anclado a la médula que me comprometía los terminales nerviosos y que me podía dejar parapléjica en menos tiempo de lo que yo pensaba.
Amigos míos, les confieso que mi alegría y mi mirada cambió. De hecho todo cambió. Hasta los amigos cambiaron…o mejor dicho se fueron.
En ese momento había un tema pendiente que duró más o menos 5 o 6 años, yo no me perdonaba. Yo no entendía que había rencor por una culpa que no era mía…pero que tampoco sabía a quien adjudicársela. Yo no entendía quien era ahora.
Depresión fue el segundo diagnóstico de la larga lista de falencias que se me presentaban. Pero todo esto un día tenía que acabar.
Y como la luz entre las flores un día brillé con luz propia. Ustedes se preguntarán como salí del torbellino…simplemente me perdoné.
Ahora nace la segunda pregunta que creo que deben hacerse..¿de que me perdoné? Simple. Me perdoné de mi angustia, de no darme la posibilidad de vivir por una circunstancia de la que yo no era responsable. Me perdoné y al mismo tiempo me di otra oportunidad.
Al pasar el tiempo, el tumor se controló. Las adherencias disminuyeron y empecé a caminar nuevamente normal, además volví a reírme a carcajadas (algo que no hice casi durante los 5 o 6 años) sin tomar en cuenta que me di la posibilidad también de perdonar a los demás, a todos los que me dejaron sola y a todos los que en más de una ocasión me hicieron daño (o sentí que me lo hacían)
Esta es la reflexión de hoy. No podemos perdonar a los demás si no nos perdonamos a nosotros mismos, nosotros somos nuestra primera prioridad y nuestra integridad es la clave para relacionarnos con los demás y ser felices plenos.
amiga vero:
primero deja agradecerte las dulces palabras que me escribiste. De verdad me emocionó tanta ternura.
con respecto a tu vida..UF!!que te puedo decir....debe haber sido tremendo, dificil de entender, un terremoto grado 10 en tu vida,,,imagino que te habrás hecho mas de alguna vez la tipica pregunta:¿porque YO?.
No puedo decir te entiendo porque no sentí tu dolor, pero te puedo decir que lo comparto, ya que a mi tambien me detectaron una enfermedad no hace mucho,,,un cáncer, pillado a tiempo y que no tuvo grandes consecuencias.....fue impactante, porque de alguna manera sabes que tu vida alomejor va a cambiar para siempre.....despues de asimilar y vivir mi proceso, me hice la misma pregunta: ¿porque YO?,,,,,despues me senté y pensé ¿Y PORQUE NO?....
SOMOS HUMANOS, ESTAMOS DE PASO, HAY QUE VIVIR EL DIA A DIA COMO SI FUESE EL ULTIMO (aunque suene siútico) ES LA PURA Y SANTA VERDAD....!!!!!
verito, agradezco que hayas compartido un pedacito de tu vida, y me alegro enormemente que hoy estés mejor......
UN ABRAZO Y BESO GRANDE,