martes, 27 de febrero de 2007
El juego de la vida

Florence Scovel Shinn. Así se llama la pensadora metafísica que durante este último tiempo (de manera muy personal) me ha hecho mirar la vida con otro prisma. Es extraño, pero he aprendido a ver las cosas gracias a la fuerza que me entrega principalmente Dios, más que en su palabra; en su oración.

“Corría el año 1984 y estaba en los albores de conocer una vida que me esperaba”. Es loco pensar que así podría comenzar mis memorias a los 23 años, pero lo más loco es pensar en la fuerza de las palabras y en la esperanza que me embarga escribir eso. Y es que las palabras cobran vida.

Pensemos un poco. Imagínense dos madres conversando sobre sus hijos. Una le dice a la otra “no sabes nada, que a mi hijo le dio la rubéola” y la otra madre le contesta “mira, a mi hijo todavía no le da”. Al tiempo después a su hijo le dio dicha peste.

Todavía. Se dan cuenta de la fuerza de las palabras. La madre se predispuso. En pocas palabras le asigno la rubéola como algo que le va a suceder con tan solo la fuerza de las palabras, con una predisposición que transmitió. ¿Cómo se llama esto? Para mi es parte de los que estudiamos como metafísica.

Los niños son igual que las plantas. Absorben y toman todo. Imagínense una planta o un bebé tocado por una persona con vibras negativas o que tuvo un mal día. La planta se marchita. El bebé llora.

Y lo mismo pasa con la vida. Para muchos que estamos en algunas ocasiones deprimidos o con “un mal día” la percepción y la predisposición que tenemos en ese momento es parte de los que transmitimos y se plasma como un karma. “todo me sale mal” “ya empecé mal el día”. Claro, todo le saldrá mal, claro que tendrá un mal día. Porque usted lo llama…porque nosotros lo llamamos.

Es simple y a la vez complejo pero en el partido de ajedrez diario que tenemos con la vida, es importantísimo saber como dar una buena partida, además de hacer una buena jugada; no para ganarle al contrincante…sino para superarnos a nosotros mismos.
 
posted by Verónica Carmona at 15:40 | Permalink | 14 comments
miércoles, 21 de febrero de 2007
Todo va en la Reacción

Debo admitir que hay veces en que no entiendo porque tomo las reacciones que tomo. En cierta medida, casi todos no pensamos mucho las cosas antes de hacerlas, podría arriesgarme a decir que es casi la esencia de ser seres humanos, pero ¿el mundo no sería un poco mejor si nos tomáramos medio minuto para pensar las cosas antes de hacerlas?


En realidad todo sería más simple y mas claro, no habría tantos malos entendidos y lo más importante, viviríamos más tranquilos.


Pero nosotros los seres humanos no pensamos eso antes. Pongo el siguiente ejemplo (que nace de la inspiración de un texto de Stephen Covey):


“Estás desayunando con tu familia. Tu hija tira una taza de café y chispea tu camisa de trabajo. Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar. Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción. Tú maldices. Regañas severamente a tu hija por que te tiró la taza encima. Ella rompe a llorar. Después de regañarla, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca de la orilla de la mesa. Y sigue una batalla verbal. Tú vociferando subes arriba a cambiarte la camisa. Cuando bajas de regreso, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando terminándose el desayuno y estar lista para la escuela. Ella pierde el autobús.


Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo. Tú te apresuras al carro y llevas a tu hija a la escuela. Debido a que tú ya estas atrasado, manejas 40 millas por hora en una velocidad máxima de 30 millas por hora.


Después de 15 minutos de retraso y obtener una multa de tráfico por $60.00, llegas a la escuela. Tu hija corre a la escuela sin decirte adiós. Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta que se te olvidó el maletín. Tu día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor. Ansias llegar a tu casa.


Cuando llega a tu casa, encuentras un pequeño distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija. ¿Por qué? Debido a como reaccionaste en la mañana”.
¿Por qué tuviste un mal día?
a) ¿el café lo causó?
b) ¿tu hija lo causó?
c) ¿el policía lo causó?
d) ¿tú lo causaste?
La respuesta es la “d”
Tú no tenías control sobre lo que pasó con el café. La forma en como reaccionaste esos 5 segundos fue lo que causó tu mal día.


Te presento lo que debió haber sucedido.


El café te chispea. Tú hija está a punto de llorar. Tú gentilmente le dices, “esta bien cariño, solo necesitas tener más cuidado la próxima vez. Después de agarrar una camisa nueva y tu maletín, regresas abajo y miras a través de la ventana y vez a tu hija tomando el autobús. Ella voltea y te dice adiós con la mano. ¿Notas la diferencia?


Dos escenarios diferentes. Ambos empezaron igual. Ambos terminaron diferente. ¿Por qué? Tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede. El otro 90% se determinó por tu reacción.


Este ejemplo pone de referencia lo que trato de decir, siento que en realidad si nos diéramos el tiempo de aplicar la conocida norma 90/10 que es a lo que se refiere... el mundo sería mucho mejor.


Reflexiona.
 
posted by Verónica Carmona at 14:20 | Permalink | 10 comments
domingo, 18 de febrero de 2007
El Gran Paso...

Siento,…en realidad decir que siento es una gran palabra, es reafirmar que estoy sintiendo algo y en ese caso, que estoy viviendo.

Hace algunos días he decidido crear este blog con la finalidad de mostrar mi visión personal (bastante personal por cierto) sobre la vida, esta misma vida que me hace cuestionarme tantas cosas; como comprender el verdadero sentido de la amistad o el verdadero camino para encontrar el amor.

Siento,…uf! En realidad es inevitable no sentir, de hecho los seres humanos nacemos para eso, para sentir. Lamentablemente hay veces en que sentir es un arma de doble filo en que nos obliga a jugar el juego del sufrimiento o de la melancolía. Pero hay que jugarlo,…no hay nada más satisfactorio que luego de la tormenta renacer y sacar las alas hacia la luz, que siempre estuvo ahí, pero que por nublar muchas veces nuestra mente olvidamos que existe.

Sentir, sentir el aire, la brisa, el sonido de los pájaros, sentir el cariño, el afecto, la rabia o simple o complejamente sentirnos a nosotros mismos…es importante, es vital.

Bueno, este blog tiene el objetivo de la reflexión, de una persona que mirando desde varios prismas la función de vivir quiere mostrar una realidad que pasa diariamente por nuestros ojos, pero que ignoramos tantas veces por lo rápido que se nos pasa la vida y lo rápido que también y finalmente se nos va.

Nunca nos olvidemos de sentir.
 
posted by Verónica Carmona at 10:02 | Permalink | 7 comments